El viernes 15 de diciembre se llevó a cabo el acto de egreso de 8vo año del nivel secundario, promoción 2017, en la explanada del primer piso de la Escuela. Con la proyección de un video de despedida, música y palabras de docentes y estudiantes, Francisco Ferreyra pronunció un sentido discurso donde subrayó el valor de los sueños y de la construcción colectiva que significa el encuentro con el otro».

Se trata de unos de los actos más significativos en la vida académica de la Escuela. Por ello, toda la comunidad belgranense se prepara para celebrar el cierre de esta etapa de ocho años, convencidos de que los alumnos y alumnas de nuestra institución egresan con las herramientas suficientes para abrir otras y nuevas instancias en su futuro.

«Ustedes transitan una época que los invita a participar, comprometerse, organizarse. Sus derechos se han multiplicado, respecto a otros tiempos. No los desaprovechen. Pero también sus derechos se han convertido en deberes respecto a otros», expresó Francisco Ferreyra en las palabras de su discurso.
En otro pasaje, de una forma más cercana y personal, también se preguntó:  «¿Debería decirte sobre el futuro? ¿Debería pensar en lo hecho? ¿En lo caminado? ¿En el esfuerzo? ¿En la voluntad? ¿En lo bueno que, es hacer lo que uno quiere? ¿En el deseo? ¿En el mirarse? No sé… -se respondió-.
«Primero, me parece que debemos ser pacientes y quizás tercos. Pacientes, para poder escucharnos y para poder estar en cada uno de esos tiempos que componen cada día. Estar en esos tiempos convencidos de que estamos. Tiempos, distintos tiempos, nuestros tiempos y de algunos de estos tiempos quiero hablarte, hablarles. Tercos, para no caer con el primer traspié, con el primer problema. Con la primera negativa», remarcó.
En relación a la posibilidad de imaginar el futuro, dijo: «Nuestros sueños nos muestran todo lo que podemos hacer. Son proclamas de lo que podemos hacer y hacia donde podemos caminar. Somos invencibles en ellos y en cada uno de ellos renacemos para estar preparados para el nuevo día. Son sueños. Son sueños y, por lo tanto, tu tiempo actual también debería ser de sueños».
También se refirió a la necesidad de aprender a reconocer una paciencia necesaria. «Paciencia cuando decíamos, va bien lo que estamos haciendo. No nos apuremos que las cosas no salen rápido, apresuradas. Se van produciendo con cariño, con esfuerzo y con gran voluntad. Voluntad nuestra, voluntad de todos. Paciencia para esperar al otro. Al compañero que no está llegando, pero que quiere llegar. Así nuestros sueños se van acercando a la realidad. Justo cuando se va haciendo la noche. ¿La noche? O será que viene el otro día y es el momento de que el nuevo sol está por aparecer y es el momento donde según dicen, nuestros sueños se encuentran con nosotros. En ese, nuevo entresueño, ese sol nos dará calor y nos sacará el frío y con el calor podremos sentir al otro y nos sentiremos más tranquilos.»
Para  el cierre, emocionado, expresó: «Puedo decir que estamos mejor gracias a todos, a cada uno de esos todos, de sus sonrisas, de sus apapaches, de sus caricias. Y se trata de eso.
Se trata de construir un sueño de todos. Construir con la paciencia que nos permita escuchar aquellos pasos silenciosos.  Aquel silbido sin origen que nos indica de que, en algún lugar, algún duende anda dando vueltas por ahí, danzando y provocando a nuestros sueños. Te mando un abrazo de años. Un abrazo teñido de sueños pasados y presentes. Sean felices, pero gánense ese derecho.
Muchas gracias.
Buenos sueños, buen año».