Miércoles 18 de noviembre. Miércoles de calor y se nos ocurrió marchar. A las 18 horas estaba convocada la novena Marcha por la gorra. La marcha de los jóvenes y de la comunidad de cada barrio y organización social política que se organiza contra el abuso policial y por los derechos de todos.

Alberdi termina el año movilizado. El 13 de diciembre hay elecciones en el centro vecinal y participa como lista 3, un colectivo de las organizaciones sociales del barrio: defendamos, el club, la ex cervecería, jóvenes, la biblioteca del pueblo, el museo. Nosotros si bien no participamos, hemos tenido reuniones con ellos y la verdad, que el encuentro con la gente que viene haciendo cosas con uno, siempre es fácil y agradable.
Por esa razón de estar en pleno trabajo en el barrio, estas organizaciones se convocaron en el barrio para marchar. Ahí estuvimos, junto al Centro de Estudiantes del Manuel Belgrano, a las 16 horas.

La murga del barrio, el colectivo de jóvenes, la biblioteca del partido socialista, el club, los compañeros de la vieja cervecería. Una convocatoria que, de repente, caminaba por las calles del barrio, todos juntos como si siempre hubiéramos marchado así. Los encuentros son eso, uno llega, mira, es mirado, una sonrisa sale sin querer de uno, el abrazo de otro se funde con otros otro, y de repente los códigos se interpretan y el colectivo se fortalece. Uno sale de esas marchas, diferente de cómo empezó a caminarla. Es la magia de ser un colectivo.

La marcha del barrio se encuentra por la plaza Colón con una hilera de carreros que también estaban manifestando contra el abuso policial. Así está la marcha del barrio que se va encuadrando con los otros integrantes de otras organizaciones que decidieron marchar. Partidos políticos, partidos de izquierda, organizaciones del barrio, colectivos de jóvenes, estudiantes, los estudiantes agrupados en la Bisagra, miembros y programas de Derechos Humanos de la UNC, organizaciones sociales de mujeres, la Luciérnaga, el Colectivo de Jóvenes, la Franja Morada, el Frente Cívico, viejos alumnos, viejos afectos que renacen al verlos en estos encuentros. Mucha gente amiga y querida.

Sinceramente, una marcha que caminaba en forma espaciada y tenía sus tiempos “desorganizados”. Por momentos pocos sabían cuando se volvía a caminar. Pero todos entendieron que hoy se marchaba así. La marcha siguió su camino y nos íbamos encontrando con otros. El Centro de Estudiantes del Manuel Belgrano (CEMB) marchó prácticamente la primera parte con el barrio y después con los otros centros de estudiantes, como tiene que ser. El ser estudiantil es lo primero que los une e identifica.

Pocos carteles haciendo alusión a las elecciones del día 22. En ellos, algunas organizaciones sociales manifestaban su posición que no era afín a ninguno de los dos candidatos y esto es así, la democracia es eso, cada uno se manifiesta por lo que quiere y vota en las elecciones de la forma que siente que corresponde a sus sensaciones y forma de pensar. Uno puede dialogar con el otro, pero está claro que no puede negar que ese otro tiene chance de pensar como quiere, de la misma forma que uno la tiene.

Esa disputa del 22 de noviembre, a veces nos ciega y creyendo que vamos por el camino correcto, nos perdemos en las malas prácticas y dejamos de ver al otro. Cuando eso ocurre, el día después es de retroceso no de avance. Tenemos, cuando pasa eso, que volver a parar la pelota y decirle a ese que dejamos de escuchar y de mirar, “acá estamos, queremos y necesitamos seguir juntos”. Algo así pasó durante la marcha, hubo ausentes muy presentes.  Al menos para mí y creo que ha sido un error. Faltazo de los organismos de DDHH y de las agrupaciones sociales y políticas del Kirchnerismo.

Hoy más que nunca había que estar y acompañar a los chicos y chicas de los centros de estudiantes de los secundarios. No era para decir: “Hoy no, y mañana quizás sí.
Hoy se debía priorizar los derechos del otro y caminar para que no haya abuso contra ellos.

Hoy creo que la consigna de la propia marcha es corta, no alcanza para la pelea que hay que dar para construir más democracia. Una democracia que se anime a discutir una seguridad ciudadana, una seguridad que permita cuidar a los jóvenes de las escuelas y de los barrios, en una lógica de cuidado social. Esto es otro tema, no se resolvía hoy.
Lamento como parte de los organismos de DDHHde Córdoba, que se haya resuelto no estar por un tema coyuntural del 22. Nadie niega la importancia del día, pero repito: estar con los chicos y caminar en un colectivo por más democracia tendría que haber sido suficiente bandera para seguir estando. Aprenderemos de este desencuentro.

18/11/15.

Por Francisco Ferreyra.
Director de la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano de la UNC

 

Fotos: Colectivo Manifiesto / fb Andrés Oliva / marchadelagorra.org